Cannabis y cáncer: Inhibidor de respiración celular y cáncer de colon-rectal
Según estudios realizados en la Universidad de Nueva York el THC inhibe la respiración de las células del cáncer oral. Los autores afirman que sus “resultados demuestran que los cannabinoides son potentes inhibidores de la respiración celular Tu183 y tóxicos para éstos malignos tumores.” (Fuente: Whyte DA, et al. Pharmacology 2010;85(6):328-335.)
Según otros estudios realizados en la Universidad de Bristol, Reino Unido, el endocannabinoide anandamida induce muerte en células de cáncer de colon resistentes a la apoptosis. Este efecto depende de la ciclooxigenasa-2 (COX-2). Señalan que “como la COX-2 no se encuentra expresada en el epitelio colon-rectal normal pero sí altamente expresada en los tumores colon-rectales (…) la anandamida tiene propiedades terapéuticas eficaces potenciales en el cáncer colon-rectal”. (Fuente: Patsos HA, et al. Int J Oncol 2010;37(1):187-93.)
Fuente CannabisMed
El cannabis es eficaz en el tratamiento del síndrome de Tourette con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
Los autores concluyen diciendo que “nuestras observaciones sugieren que el delta-9-THC podría ser una buena alternativa en pacientes con ST severo refractario a tratamientos clásicos. Particularmente, en el caso de la exacerbación de los tics inducida por estimulantes, el delta-9-THC podría permitir un tratamiento con éxito del TDAH concomitante. La mejora de la inhibición intracortical podría estar mediada por la modulación de la liberación de varios neurotransmisores, como la dopamina y el ácido gamma-aminobutírico. ”
(Fuente: Hasan A, Rothenberger A, Münchau A, Wobrock T, Falkai P, Roessner V. Oral delta9-tetrahydrocannabinol improved refractory gilles de la tourette syndrome in an adolescent by increasing intracortical inhibition: a case report. J Clin Psychopharmacol.
El Asma y el Cannabis
El asma es una enfermedad pulmonar con las siguientes características: Obstrucción de la vía aérea total o parcialmente reversible, bien espontáneamente o con tratamiento; inflamación bronquial y remodelado (fibrosis) de la arquitectura del bronquio, con infiltración de la mucosa por eosinófilos y otras células, y un mayor o menor grado de fibrosis subepitelial permanente, aún en ausencia de síntomas; hiperreactividad bronquial, o respuesta aumentada de la vía aérea frente a distintos estímulos. Al producirse esta inflamación aparece: tos, silbidos en el pecho, secreciones (flemas) y disnea o fatiga.
Históricamente la marihuana se usaba en la medicina tradicional mexicana para el tratamiento del asma. Se introdujo en E.E.U.U. en 1910, siendo el primer uso médico reconocido en ese país.
Varios estudios han demostrado que el THC actúa como broncodilatador tanto en sujetos normales como en pacientes con asma bronquial crónica o con espasmos bronquiales inducidos de manera experimental. El THC aumenta el flujo de aire en sujetos sanos, y en pacientes asmáticos invierte la constricción bronquial. Además el mecanismo de acción es diferente del de otros broncodilatadores, pudiendo sumarse o reemplazar a los B2 durante períodos de desensibilización a los mismos.
De todas formas, la marihuana en conjunto, puede no ser útil para el tratamiento periódico del asma, por el efecto irritante del humo. La administración oral, o por medio de vaporizadores serían las alternativas de uso terapéutico.
Más allá del efecto agudo broncodilatador, los cannabinoides pueden ser de utilidad por su acción inmuno-moduladora, interviniendo la naturaleza inflamatoria de la enfermedad. Modulan tanto función como secreción de citoquinas de células inmunológicas. Estas acciones representan una nueva y prometedora vía para tratamiento de esta enfermedad. Explicaría el hecho de que muchos asmáticos dicen “haberse curado” consumiendo cannabis.
Finalmente no podemos dejar de lado el aspecto psicológico. El cannabis puede ayudar a aliviar trastornos anímicos que estén influyendo en el desarrollo de la enfermedad.
Migraña, argumentos a favor de la marihuana
Artículo escrito por: Ignasi Peña
Uno de los usos terapéuticos más frecuentes del cannabis es aliviar las migrañas. De hecho, desde su introducción en la medicina occidental el siglo pasado, el alivio de los dolores de cabeza ha sido una de sus principales aplicaciones médicas.
En este siglo, Sir Wiliam Osler, conocido en el ámbito sajón como “padre de la medicina moderna”, proclamaba en 1915 que el cannabis era la mejor medicina para la migraña.
Y sigue siéndolo pese a la Prohibición. Cuando hace poco Kareem Abdul-Jabbar, poseedor del récord de anotación en la NBA, fue arrestado en Los Angeles por posesión de marihuana y conducción bajo sus efectos, alegó que la hierba era para aliviar las migrañas que sufría desde hace años. Actualmente en California es posible utilizar cannabis con fines terapéuticos, con una receta médica y acogiéndose a los canales de distribución autorizados.
Pese a esta indiscutible eficacia, las autoridades administrativas siguen oponiéndose al uso de la planta y su libre distribución a los enfermos con justificación médica. Recientemente una orden de la Corte Suprema ha paralizado la distribución en los centros autorizados. Sin embargo, legalmente los médicos pueden seguir recetándola y los enfermos cultivándola con fines terapéuticos. Pero la medida ya ha creado la confusión entre usuarios y la aprensión entre los médicos. Esta acción se une a la campaña de opinión dedicada a desprestigiar el uso de la planta a favor de los preparados sintéticos o los extractos puros.
Los argumentos usados hacen referencia a desconocimiento de los posibles efectos perjudiciales de todos los cannabinoides contenidos en la planta, además de otras sustancias como los aceites y los terpenoides. También se arguye que, disponiendo de THC puro en preparados de farmacia como el Marinol, recientemente reclasificado para facilitar su receta a los médicos, no es necesario acudir a los preparados herbales.
Hasta el momento el principal argumento a favor de usar la totalidad de la planta era el testimonio de los que han tenido oportunidad de probar las dos formas: la mayoría prefiere la marihuana a las pastillas. Es sabido que los cannabinoides como el CBD y el CBN modulan algunos de los efectos del THC sobre el sistema nervioso, con lo que se reducen efectos desagradables como la ansiedad o la disforia, al usar la planta con su proporción natural de cannabinoides, y desde un punto de vista subjetivo es mucho más placentero el efecto de la marihuana que el del THC puro. Tampoco hay que olvidar la diferencia de costo entre un tratamiento con Marinol, unas 100.000 pesetas mensuales, frente al reducido coste de producción o incluso de compra de cannabis.
La investigación en migraña apunta un nuevo argumento en defensa de los preparados herbales.
El neurólogo Ethan Russo perteneciente al grupo Montana de Especialistas Neuroconductuales en Misssoula y editor del nuevo Journal of Cannabis Therapeutics, investigador en el tratamiento de la migraña y el dolor, apunta a favor de los preparados herbales. “Qué es lo que el cannabis hace para aliviar las migrañas es complicado y aún no lo comprendemos del todo, pero actúa sobre los receptores de serotonina y dopamina y posee actividad antiinflamatoria”, afirma en una entrevista publicada en USA Today el pasado agosto. “Básicamente es como un agente múltiple que actúa en varios aspectos de la migraña, de una forma verdaderamente única, y no sólo es el THC el responsable de esta acción. Parece que es el resultado de una interacción con una combinación de los otros cannabinoides e incluso con los aceites esenciales de la planta.”
Russo añade: “Comparado con la mayoría de medicamentos contra la migraña el cannabis es único, pues actúa como agente preventivo y como analgésico. En cualquier caso de migraña se puede utilizar el cannabis fumado, en vaporizador, etc., y aproximadamente el 80% de esos casos obtienen un alivio significativo o total”. Y aún dice: “Y si alguien tiene migraña crónica, usado diariamente en cualquier forma de administración puede llevar a la remisión completa de sus síntomas”.
Al final resulta que los posibles efectos dañinos de los otros cannabinoides y aceites esenciales no son tales, sino que también repercuten en el efecto terapéutico de la planta, tanto a través de mecanismos de acción directa como modulando los efectos del THC. De modo que los terpenoides hasta ahora apreciados sólo por ser responsables del característico aroma de la hierba pasan a formar parte del universo de moléculas con posible utilidad terapéutica.
Ataques de pánico
Según investigaciones realizadas con ratas en la Universidad de Rio Grande do Norte, Brasil, el cannabidiol (CBD) inyectado en una determinada región del cerebro (sustancia gris periacueductal dorsal) provoca un efecto ansiolítico e inhibidor de la respuesta de escape, efecto anti-pánico provocado por la activación de los receptores 5-HT1A. (Fuente: Soares VD, et al. Behav Brain Res 2010 May 8
El THC influye en el metabolismo de las grasas
Según experimentos celulares realizados en la Universidad de Porto, Portugal, el THC influye en la biología de las células grasas. Sus observaciones sobre los efectos de los cannabinoides apuntan a que favorecen el depósito de grasa tisular en las células y la sensibilidad celular a la insulina. (Fuente: Teixeira D, et al. Obesity (Silver Spring). 2010 May 13
El consumo de marihuana reduce el Alzheimer
Su consumo, puede preservar los niveles de un neurotransmisor, Acetilcolina, que permite el funcionamiento cerebral. Según un estudio, ofrece mejores resultados que los medicamentos convencionales.
El consumo de marihuana puede frenar el avance del mal de Alzheimer, una enfermedad progresiva e incurable que afecta principalmente a los ancianos, señala un estudio divulgado por la revista “Molecular Pharmaceutics”.
Según la investigación realizada por científicos del Instituto Scripps de Investigaciones de California, algunos ingredientes de la marihuana pueden prevenir el agravamiento de la enfermedad al preservar los niveles de un neurotransmisor que permite el funcionamiento cerebral. El descubrimiento podría conducir a mejores tratamientos para el mal, según los investigadores.
El mal de Alzheimer afecta a la memoria de los pacientes, muchos de los cuales sufren demencia antes de morir. Los científicos señalan que uno de los principales ingredientes de la marihuana, identificado como delta-9-tetrahidrocanabinol, impide la disolución del neurotransmisor acetilcolina con mejor efecto que otros medicamentos.
Científicos españoles podrían haber abierto la puerta a un nuevo tratamiento contra el Alzheimer. Todavía en una fase muy inicial, la investigación apunta a que la administración de cannabinoides, un componente de la marihuana, es una forma eficaz de prevenir la inflamación originada por las células defensivas del cerebro y evitar la muerte neuronal.
“Esta investigación no sólo ofrece un gran paso para mejorar nuestra compresión de cómo el cerebro reacciona a la enfermedad de Alzheimer, sino que puede ayudar a abrir una ruta a nuevos fármacos contra el Alzheimer“, afirma Raphael Mechoulam, profesor emérito de bioquímica en la Universidad de Hebrew en Jerusalén (Israel) y descubridor del componente activo de la marihuana.
El trabajo español, llevado a cabo por investigadores del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense, ambos en Madrid, ha comprobado en ratas que la inyección de cannabinoides frena el deterioro cognitivo en los animales con Alzheimer.
“Había datos de que los cannabinoides eran eficaces en ratas con ictus o con traumas cerebrales pero no se estaba estudiando su efecto en el Alzheimer. Nosotros hemos logrado prevenir la muerte neuronal motivada por la activación microglial [proceso que conlleva la inflamación y deterioro cognitivo]“, explica María de Ceballos a elmundo.es, principal autora del estudio e investigadora del Instituto Cajal.
En primer lugar se analizaron muestras cerebrales de personas fallecidas que habían padecido Alzheimer y se compararon con las de sujetos sanos. Se observó que los pacientes que sufrían esta enfermedad presentaban una menor concentración de neuronas con receptores cannabinoides (CB1 y CB2), que son las proteínas que se unen a los cannabinoides. La reducción de estas neuronas se encontraba en zonas con inflamación, es decir, donde había activación de las microglías o células defensivas del cerebro responsables de la muerte neuronal. Además también se detectó que en estos pacientes los receptores funcionaban peor.
A través de la combinación de técnicas farmacológicas, histológicas y bioquímicas los investigadores localizaron la zona donde se encuentran los receptores CB1 y CB2: el córtex frontal, que se relaciona con la planificación y la atención.
Por otro lado, se comprobó la eficacia de la inyección de cannabinoides CB1 y CB2. Para ello los científicos escogieron a un grupo de ratas. Establecieron cuatro grupos: a unas les inyectaron una sustancia inactiva; al segundo grupo, la sustancia inactiva y el cannabinoide, al tercero, la proteína amiloide (que les provocó la enfermedad de Alzheimer) y al resto esta proteína y el cannabinoide.
A los dos meses, los investigadores entrenaron durante cinco días a las ratas para encontrar una plataforma oculta bajo un tanque de agua. Mientras que los roedores a los que les había administrado la sustancia inactiva pudieron aprender el camino, los que desarrollaron Alzheimer y no fueron tratados con los cannabinoides olvidaron la ruta. En cambio, los animales que fueron inoculados con estas sustancias no tuvieron problemas de aprendizaje ni de memoria. Tampoco se detectó efecto secundarios provocados por estas moléculas.
“El tratamiento previno el deterioro cognitivo inducido por la proteína beta-amiloide, mientras que no alteró el proceso de aprendizaje cuando se combinó con la sustancia inactiva”, comentan los autores del estudio publicado en ‘The Journal of Neuroscience‘.
La doctora de Ceballos advierte de que a pesar del logro de su investigación todavía faltan de cinco a 10 años hasta que estos resultados se puedan trasladar a la práctica clínica con un tratamiento adaptado a los pacientes con Alzheimer.
De momento, los siguientes pasos serán estudiar otra ruta de administración más viable que la inyección cerebral, ver qué ocurre con mayores dosis de cannabinoides y con un tratamiento más prolongado. También se probarán estas sustancias en otros animales con mutaciones que generan formas familiares de la enfermedad de Alzheimer
Fuente BBC.News
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