COMENTARIO.
En nuestra sociedad hoy en día conviven un sinnúmero de situaciones, actividades y relaciones personales que, a veces en la tarea de legislar o normar, éstas se quedan cortas y no dan abasto quedando dicha tarea al debe.
Es así como en nuestro país hoy tenemos una legislación específica para poder llenar dichos vacios que se producen, el mejor ejemplo de esto son las leyes. Las leyes son un proceso normativo de determinadas conductas, para cada actividad, relación, situación, etc., existe una ley específica.
La tarea del legislador es llevar a cabo un proceso determinado por nuestra Constitución Política de la República, en donde, en la creación de una ley por regla general convive la gestión del ejecutivo (presidente de la República) y el poder legislativo (senadores y diputados).
En un primer momento son ellos los llamados a crear leyes y esto se coincide con nuestro actual sistema político en donde nosotros los ciudadanos elegimos a nuestros representantes políticos para que representen el ideal querido por sus electores. Esta función muchas veces deja vacios en ciertas temáticas, es así como entra en acción otros textos normativos que regulan la situación cotidiana de nuestra sociedad pero que no son una ley propiamente tal, hablamos de Códigos, sean estos, Civil, penal, de procedimiento civil, procesal penal, comercial, etc.
En chile actualmente existen más de veinte mil leyes especiales dedicadas a regular una conducta o actividad determinada.
Acá comienza lo que nos interesa, luego de una pequeña introducción de cómo funciona nuestro “sistema”.
La ley 20.000 regula y sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, esto quiere decir, que en una ley especial que tiene dicho título se regulan cuestiones anexas, que para nuestro pensamiento y yo creo que el de la mayoría de las personas, no tienen relación alguna con la ilicitud ni tampoco con el tráfico, me refiero al auto cultivo de cannabis.
Por lo tanto uno puede generar diversas críticas a mencionada ley ya que primero que todo, no establece un catálogo de drogas y sus efectos, sean éstos nocivos o no, ni tampoco las diferencia, las aglutina a todas juntas tratándolas como una universalidad (drogas) siendo que hoy en día, el tabaco y el alcohol (y otros) también deberían ser consideradas como drogas y dicha ley no hace mención alguna a ellas.
La ley 20.000 hace referencia al que cultive, plante, siembre o coseche vegetables del género cannabis sin la debida autorización, en el artículo 8.
O sea el que realice dichas actividades con cannabis sin la debida autorización incurrirá en penas privativas de libertad. Pero esto no se acaba ahí, la cuestión es que la ley dice, “sin la debida autorización” esta autorización, según el artículo siguiente de la mencionada ley, es otorgada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y nos dice que un reglamento posterior dará los requisitos para otorgar dicha autorización.
La pregunta que es menester hacerse es, ¿alguien ha sabido, por lo menos en alguna oportunidad, que una persona haya sido autorizada para cultivar? ¿Alguien sabe que es lo que se necesita para tener dicha autorización?
Creo que lo creado en esta ley no ha tenido aplicación alguna en lo que nos respecta al comentario en el párrafo anterior, no he sabido de nadie que haya obtenido dicha autorización, ni tampoco de cuáles son los requisitos que se deben reunir para que se me otorgue dicha autorización.
Esto nos dice que se creó un vacío que no es posible o al menos nunca he visto llenar.
Hoy en día podría existir una motivación por parte de los señores políticos de atender a las necesidades que existen por parte de la sociedad, actualmente el consumo de cannabis se ha incrementado considerablemente cada año, lo que conlleva a crear mas y mas micro tráfico e ilicitud, una batalla que el gobierno y en general la legislación debería considerar combatirla de otra manera, con la educación y la publicidad, además de considerar en dejar de incluirla dentro de la esfera de la ilicitud, con esto no digo que se despenalicen todas o ciertas drogas, sino que me refiero a tomar el micro auto cultivo como una opción viable, para que aquellas personas que consumen cannabis puedan alejarse del tráfico, negocio que crece cada día.
Sin lugar a dudas nuestra cultura y nosotros como sociedad estamos a años luz de esta propuesta, por un tema de ser conservadores y de retenernos en nuestro particular punto de vista, en donde no nos abrimos a más posibilidades y viendo (como siempre) a la cannabis y al mundo de las drogas en general como un mundo de ilicitud y cosas malas, cuestión que a mi parecer habría que diferenciar, porque no es lo mismo, no todas las drogas son iguales.
Hace poco escuche a un grupo de personas en tv., incluida la persona de un senador de la república, en donde se esbozaba un germen de lo que expongo en este escrito. Eso si hay que tener en cuenta que la posibilidad de la que estamos hablando no se encuentra a una solución próxima sino que de realizarse, será en un futuro lejano.
No queda más que esperar un cambio en las generaciones y un cambio en el pensamiento de lo que este trabajo nos da a conocer ya que una solución al respecto no la encontraremos en el corto plazo.
(X - NGA- DIC 2010)
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