Ricardo Cogwel, desahuciado por un cáncer, defiende a brazo partido uso medicinal de la yerba
"Protagonista de la muerte" invita a otros enfermos terminales a fumar marihuana
"La marihuana me calma el dolor, me da energía e incluso me da apetito", comentó Ricardo Cogwel, enfermo terminal que quiere pasar sus últimos días mostrando al mundo su realidad y defendiendo el uso terapéutico de los cuetes.
(Foto: Rodrigo Moya)
LLOLLEO (Por Abel Fuchslocher, enviado especial).- Ricardo Cogwel, el enfermo terminal que planea filmar sus últimos días como en un reality show, está lleno de proyectos para el poco tiempo que le queda de vida. Derrochando energía, anunció que próximamente invitará a otros enfermos terminales a fumar marihuana en grupo a su casa, para que conozcan las bondades terapéuticas de la yerba, que, según él, le ha ayudado caleta para soportar los dolores del cáncer gástrico que padece.
En vez de echarse a morir por el pronóstico médico, que no le da vida más allá de marzo, Cogwel, conocido procurador judicial de Llolleo, de 51 años y ex candidato a diputado, quiere mostrar cada hora de sus últimos días e incluso morir en cámara, para enseñarle al mundo cómo un enfermo terminal enfrenta la muerte sin abandonarse. Todo esto mientras prepara una gran fiesta de despedida.
"Entre todas las cosas que voy a hacer -contó a La Cuarta-, voy a dictar una charla donde hablaré de la marihuana, con la posibilidad de que otros enfermos vengan a consumir acá. Hacer algo en vivo para consumir marihuana acá".
Hace una semana, Ricardo Cogwel dejó definitivamente las dosis de morfina que el sistema hospitalario le entregaba para combatir los dolores y las reemplazó por pitillos de cannabis chilensis cada vez que le vienen los tremendos dolores.
El compadre critica con tutti a la morfina, porque "la entregan -acusa- para que el enfermo se vaya a morir en paz y no luche; sólo calma el dolor, pero el cáncer es un combate químico en tu cuerpo que necesita mucho más que morfina".
Mientras se fumaba un cuete en el patio de su casa, para aliviar "este dolor que te parte el estómago", contó las diferencias prácticas entre la morfina y la marihuana, aclarando que antes de pegarse una piteada recurre a la oración, porque su medicina es orar, aspirar el humito y recibir el apoyo de quienes lo rodean.
Morfina v/s macoña
"Cuando quiero reorganizarme en un estado de conciencia distinto, voy a la macoña, que me calma el dolor, me da energía e incluso me da apetito -explicó-. La morfina me pone en un estado de desvelo, en una euforia que no es la adecuada, sólo combate el dolor, no la enfermedad. La marihuana me da ánimo para trabajar, con la morfina quedo ausente y postrado... Acudí a la marihuana chilena, al cogollo, porque lo consumía en los '70, cuando era hippie, como sigo siendo ahora".
Con su actitud quiere que se genere un debate sobre el uso terapéutico de la cannabis y, es más, asegura que el Estado chileno "tiene el deber de proporcionarla a los enfermos". Según él, en Chile están las condiciones para que las universidades y laboratorios den su opinión y organicen foros al respecto, en los que dice participaría con gusto.
Una fiesta de película
Dentro de esta exhibición pública que realiza para "llevar un mensaje de fuerza y espiritualidad a los enfermos", el evento más cercano es una gran fiesta, hoy a las 9 de la noche, en el restorán del Club de Tenis de Llolleo, donde animará, cantará, contará chistes y se despedirá de sus amigos.
En el show de más de tres horas estará el mago Oli, trovadores de la zona, el payaso Churrasquito, un número de malabarismo y una performance de una vedette y un vedetto.
Se espera a unas 200 personas y, según uno de los organizadores y amigo de Cogwel, Miguel Ortúzar, "será un evento con harto ánimo, donde a cada rato trataremos de cortar ese ambiente de pena que todos sentiremos por la despedida de Ricardo".
Entre otros planes del moribundo, sigue en pie la filmación de sus últimos días, claro que no con un fin comercial, aclaró: "Si quieren poner cámaras en mi casa para ver si sigo teniendo sexo con mi mujer, cuál es el diálogo con mis hijos y filmar mis últimos minutos, está bien, pero siempre que sea una ayuda para la humanidad, quiero que conozcan la muerte".
Embalado contando sus planes, agrega que su velorio y su funeral también serán sorprendentes, que espera que le receten Viagra para retomar el sexo con su esposa, que prepara una obra de teatro, "Piso 3", donde retrata a la muerte en un pasillo de moribundos, y que desea recorrer todo Chile arriba de un bus para transmitir su mensaje.
Para esto pide la ayuda de auspiciadores, de empresas de buses, que le permitan "subirme a un bus, que tenga camarotes y todo, y viajar por un mes para visitar a los enfermos, decirles que no deben dejarse abatir, cantarles, orarles y llorar con ellos".
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